Prensa y divulgacion
Deconstruyendo al Hombre de Paja
"El darwinismo son dos cosas, y sólo una es un dogma". Así se titula el primer capítulo de Deconstruyendo a Darwin, una reciente obra de Javier Sampedro*.¿Cuál es ese dogma? Por lo visto, la teoría de la selección natural ¿Y por qué un dogma? Leí todos los capítulos buscando una respuesta satisfactoria, algo que justificara semejante acusación. ("Dogma" es una palabra muy fuerte, muy grosera. Los científicos se enorgullecen con razón de una capacidad superior a la media para cambiar su mente ante la evidencia. "Dogmático" es pues un grave insulto para ellos. Precisamente la ciencia, frente a otros supuestos métodos de conocimiento, se caracteriza por su antidogmatismo) Y no encontré nada, salvo citas de dos o tres científicos y divulgadores de mente algo estrecha, junto con menciones muy vagas del Establishment, la Ortodoxia, etc. Y varios párrafos en los que Sampedro, curiosamente, pasa de ser un "evolucionista heterodoxo" (con su teoría de la evolución modular) a un seleccionista radical; según el tema y según le parece.
Este libro ha sido para mí una sorpresa porque he descubierto en el autor un estilo limpísimo, muy ameno e incluso divertido, casi genial de hacer divulgación. Se lo recomiendo a todos los que quieran fascinarse y aprender sobre algunos de los más destacados descubrimientos de biología moderna en relación con los fenómenos evolutivos. Sin embargo, como crítica del darwinismo me ha resultado decepcionante por... tramposa. Y como la divulgación de la ciencia y dicha crítica no pueden separarse en renglones diferentes (ni el autor lo desea), lo segundo contamina lo primero. Así que, sintiéndolo muchísimo, no tengo más remedio que calificar el libro, su mensaje general, como una falacia. La falacia del hombre de paja.
¿Nuestro rival es una teoría sólida, bien fundamentada, sostenida por un gran cúmulo de evidencia científica? ¿Lleva largo tiempo soportando duros ataques procedentes de muchos frentes, y ha salido triunfante de todos ellos? Más horrible aún: ¿es flexible y adaptable, y ha ido matizándose y enriqueciéndose durante su existencia, tomando elementos que no estaban en la formulación original pero que han resultado científicamente ciertos, y que precisamente habían sido aportados por críticos que pretendían usarlos como refutaciones? ¿Cómo enfrentarnos a tan formidable rival?
Haciendo una trampita. Describámosle ante una audiencia no experta (en su mayoría) como una caricatura de lo que es. Construyámosle débil, fácilmente vapuleable. Convirtamos al "darwinismo ortodoxo" (sea lo que sea tal cosa, tampoco es cuestión de aclarar contra quién nos estamos metiendo) en algo ridículamente simple: el uso exclusivo de la selección natural y un gradualismo radical para explicar todos los fenómenos evolutivos (Un panorama que no tiene mucho que ver con el estado actual de la biología evolutiva, ni siquiera con la formulación clásica de la Teoría Sintética de la evolución). Usemos todos y cada uno de los nuevos descubrimientos biológicos interesantes como arma contra ese rival de trapo relleno.
La caricatura tiene una base real. Los ultradarwinistas existen y ya han sufrido monumentales palizas dialécticas por parte de expertos de miras más amplias, como Stephen Jay Gould. Los radicales Edward O. Wilson y Dennet, por ejemplo, se acercan bastante a ese muñeco caricaturesco y por eso Gould no tuvo que fabricarlo (bueno, apenas. Y Gould también se llevó lo suyo de parte de Dennet). Pero Sampedro parece dirigir sus ambiguas críticas contra la "ideología del momento", contra la "plana mayor" del evolucionismo actual. Para construir su muñeco ha tenido que gastar toneladas de paja.
¿Se me nota enfadado? ¡Qué va! El libro es muy bueno, interesantísimo. Hacéos con él si sois un poco evo-freaks. Lo estoy leyendo por segunda vez, así que seguramente comentaré más cosas... en el mismo tono. Hay muchas trampitas :o)
© El Paleo-freak
*Deconstruyendo a Darwin. Javier Sampedro. 2002. Ed Crítica2003-02-22 | Haz un comentario (hay 13)
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