Biologia
Más selección natural rápida en humanos
En aquella historia titulada Los más aptos beben leche comentábamos un ejemplo de adaptación reciente en nuestra especie: varias mutaciones que otorgan la capacidad para digerir la leche a la edad adulta se han extendido en poblaciones que, desde hace milenios, se han dedicado a la ganadería vacuna. Ahora acaba de publicarse* otro estudio relacionado, pero bastante más espectacular. Veamos:Cuando diversos investigadores hallaron una diversidad genética extremadamente baja en Córcega, asociada a una elevada frecuencia de rasgos inusuales como la hipertricosis auricular crispa (denso vello rizado en las orejas), lo achacaron al aislamiento y la consanguineidad propios de las islas. Era la explicación más razonable. Pero existe otra posible causa de esa baja variabilidad: una intensa selección natural.
La isla de Córcega, y por consiguiente sus habitantes, está permanentemente azotada por fortísimos vientos, especialmente el Siroco y el Mistral. Además, las peculiaridades atmosféricas de la región favorecen la creación de capilares eólicos, finísimas corrientes de aire que alcanzan valores de hasta 53 en la escala de Beaufort (es decir, velocidades de hasta 700 km/h). Actualmente el fenómeno es raro, pero hace siglos constituía una frecuente causa de muerte. Cuando uno de estos capilares eólicos fustiga a una persona, el daño físico puede llegar a ser muy serio. Mediante el estudio arqueo-antropológico de cráneos se ha calculado que, en Dingli (Córcega), hace entre 1500 y 15.000 años, una de cada tres personas moría como consecuencia de la trepanación por viento. Literalmente, la micro-ráfaga entraba por un oído y salía por el otro, perforando de lado a lado el cerebro. Así: ¡¡FIUUUUUUU!!!
¿Podría ser la hipertricosis auricular crispa una adaptación biológica capaz de proteger a un humano de los letales capilares eólicos? Aparentemente, suena ridículo; experimentalmente, la respuesta es un contundente "sí". Dos equipos de investigadores, utilizando respectivamente modelos computerizados y orejas con pelo sintético sometidas a viento artificial, han concluido que una densa capa de vello rizado en la entrada del oído, como la que presenta una elevada proporción de hombres corsos, desorganiza la "aguja" de viento y disipa eficazmente su energía, evitando la terrible lesión.
Hay algunos hechos, sin embargo, que pueden objetarse a la hipótesis propuesta. El gen cuya mutación produce estas beneficiosas orejas peludas, tan características de Valetta y otros pueblos de Córcega, se sitúa en el cromosoma Y. Es, por tanto, exclusiva de los varones. ¿Acaso una presión selectiva tan fuerte no produjo adaptaciones en el sexo femenino? Los autores del estudio argumentan que las mujeres no estuvieron sometidas a las mortíferas ráfagas en la antigüedad, ya que una larga tradición las obligaba a cubrirse con una vestimenta similar al burka. Proponen, sin embargo, que otra mutación distinta, expresada solo en las hembras de diversas especies de mamíferos domésticos, y presente en elevada frecuencia en las mujeres corsas, protegía del mismo modo los tímpanos y el cerebro. Esa mutación produce orejas largas y caídas como las de los perros setter y, en ocasiones, trastornos del habla que convierten las vocalizaciones de la afectada en una serie de aullidos y ladridos.
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*Lafranco, Giovanni, et. al. Ear hirsutism, wind trepanation and human adaptation. 2006. Notsure. 4456:8869-89343. Abstract
ATENCIÓN: ESTO HA SIDO UNA BROMA PARA EL DÍA DE LOS SANTOS INOCENTES. ESTUDIANTES: EL TEXTO ESTÁ REPLETO DE FALSEDADES QUE NO DEBEN SER REPRODUCIDAS EN VUESTROS TRABAJOS PARA EL COLEGIO (A NO SER QUE OS GUSTE EL RIESGO).
2006-12-28 | Haz un comentario (hay 61)
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