Paleontologia
Bebés prosaurópodos, cuidado parental y neotenia
Los embriones más antiguos de dinosaurio constituyen, al mismo tiempo, la prueba sólida más antigua de cuidados parentales en este grupo de animales. Acaban de ser publicados en la revista Science. Tienen 190 millones de años (principios del Jurásico) y fueron hallados en Sudáfrica.Son "pollos" sin eclosionar, pero bien desarrollados, del prosaurópodo Massospondylus carinatus. Están articulados y perfectamente conservados dentro de los huevos (que se recogieron en el año 78, pero no han podido abrirse con cuidadín hasta ahora). Éste es un uno de los ejemplares, de unos 15 cm de longitud (la foto es de Robert Reisz/University of Toronto).
Este dinosaurio de cuello largo, herbívoro de unos 5 metros, era posiblemente un bípedo facultativo; es decir, que podía moverse a dos patas o a cuatro. Los embriones, sin embargo, tienen tan largas las extremidades anteriores que parecen obligatoriamente cuadrúpedos. Además, poseen una gran cabeza difícilmente soportable por el largo cuello en posición horizontal. Y su pelvis es muy pequeña lo que indica un pobre desarrollo de importantes músculos implicados en la locomoción. Para colmo, a pesar de su avanzado estado de desarrollo, ¡aún no tienen dientes!
O sea, que iban a ser crías desvalidas, incapaces de desplazarse con soltura o de comer por su cuenta. Dependían absolutamente de los padres, al menos durante el primer periodo de crecimiento. Los padres tenían que alimentarlas, probablemente regurgitando el alimento.
Pero hay más: si los investigadores* están en lo cierto, esta especie era cuadrúpeda al nacer. Pero, a medida que crecía, las "piernas" se desarrollaban a mayor velocidad que los "brazos", y el animal adquiría la capacidad de adoptar la postura bípeda e incluso (aunque no hay un consenso sobre esto) caminar a dos patas. La proporción de las extremidades de estos bebés se parece más a la de los grandes saurópodos de épocas posteriores, que a la de los adultos de su propia especie. Lo que sugiere este hecho es que los gigantes cuadrúpedos como el Brachiosaurus pudieron evolucionar reteniendo características infantiles (concretamente las proporciones de las patas) hasta la edad adulta. Este fenómeno se llama neotenia.
Existen algunas semejanzas lejanas entre estos casos y la evolución humana. Nosotros también nacemos como bebés inútiles y pasamos por una etapa cuadrúpeda antes de convertirnos en bípedos. Nosotros, además, también hemos experimentado neotenia en nuestra evolución, al retener hasta la adultez unas formas y proporciones que se dan en el joven chimpancé pero que luego pierde al madurar.
Más información en este artículo de New Scientist.
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*Reisz, R.R., Scott, D., Sues, H.-D., Evans, D.C., and Raath, M.A. (2005). Embryos of an early Jurassic prosauropod dinosaur and their evolutionary significance. Science 309: 761-764.
2005-07-29 | Haz un comentario (hay 10)
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