Paleontologia
El eslabón perdido no era catalán
Me fastidia quitar importancia a tan estupendo descubrimiento, pero algunos medios de comunicación han exagerado la presentación del Pierolapithecus catalaunicus y malinterpretado su relevancia científica en lo que respecta al origen del hombre. Me da la sensación de que mucha gente, tras ver la tele y leer la prensa el pasado fin de semana, entendió que esta especie del Mioceno estaba especialmente relacionada con los humanos, que estaba "evolucionando hacia nosotros", que era "más que un simio", algo así como un hombre-mono. El tópico del eslabón perdido, vaya.Pues no. Era, sencillamente, un simio primitivo. Un antiguo miembro del grupo Hominoidea que, por supuesto, ayudará a entender mejor nuestra evolución, pero no más de lo que ayudará a entender la evolución del orangután o el chimpancé.
Luis Alfonso Gámez, como de costumbre, ha escrito un excelente y riguroso artículo que no da lugar a malentendidos sobre la importancia real del fósil y las hipótesis que han formulado sus descubridores. En comparación, este otro artículo de El Mundo es terrible. Afirma, por ejemplo, que el Pierolapithecus era el último antepasado común entre "el hombre y el mono", lo cual es falso para todas y cada una de las acepciones de "mono" que se me ocurren.
Cráneo del Pierolapithecus catalaunicus.
Eso que tiene en la boca que parecen colmillos, son precisamente los colmillos
¿Realmente era este animal de hace 13 millones de años un antepasado del hombre? Si he entendido bien, ésa es la hipótesis de los descubridores. El Pierolapithecus sería un ancestro del grupo formado por orangutanes, gorilas, chimpancés, y homínidos. Pero de él no surge, como da a entender El Mundo, una rama que desemboca en los humanos y otra que da lugar a los "monos". Los monos ya estaban ahí y seguirían estando. Los humanos evolucionaron mucho después, separándose nuestra rama bípeda del linaje del chimpancé hace probablemente menos de siete millones de años. El Pierolapithecus queda lejos, muy lejos en el pasado, de dicha bifurcación.
Que este simio primitivo fuera un ancestro del hombre es una hipótesis, no un hecho. Una hipótesis enormemente difícil de probar. Después del estudio filogenético, los autores sólo pueden concluir que el Pierolapithecus estaba más emparentado con nosotros que con los gibones (y también, por cierto, que los orangutanes, gorilas y chimpancés están más emparentados con nosotros que con el Pierolapithecus). Las características anatómicas del animal son compatibles con la idea de que era un antepasado real de los grandes simios actuales y del hombre. Es legítimo mostrarlo como un modelo científico de dicho antecesor. Ahora bien, siendo rigurosos, considerando el bajo porcentaje de especies que acaban fosilizándose y encontrándose, y teniendo en cuenta también la alta proporción de especies que acaban extintas, es improbable que un fósil tan antiguo sea un antepasado real de nuestra especie. O de cualquier otra que exista hoy. Tal suerte, honor o desgracia correspondió seguramente a otro simio similar y desconocido de la misma época.
Pero, ¿qué hacía un antepasado nuestro (según los autores) tan cerca de Barcelona? ¿No veníamos de África? (Hoy en día, afirmar la existencia de ancestros primates fuera del "Continente Negro" obliga a aportar pruebas extraordinarias). La solución de Salvador Moyà-Solà (véase Sinapsis) es sencilla: el Pierolapithecus no sólo vivió en Cataluña, sino también en África (admirable distribución geográfica, tratándose de un primate). La misma estrategia, por cierto, fue empleada por los investigadores de los homínidos de Atapuerca: el Homo antecessor, hipotético ancestro común del neandertal y el hombre moderno, no sólo habría poblado lo hoy es la provincia de Burgos, sino también África (la rama africana, claro, desembocaría más tarde en nuestra especie).
Está un poco forzado todo esto. Lo más lógico, en mi opinión, es pensar que en el Mioceno Medio había varios géneros de simios hominoides, tanto en Europa como en África. Entre ellos estaría el Pierolapithecus. Probablemente no fuera antepasado de nadie. Su destino no tendría nada de especial, aparte de ser el único, en ese conjunto, que por el momento ha sido descubierto y estudiado.
2004-11-24 | Haz un comentario (hay 41)
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