Temas varios
La filosofía continental y los animales
Dice Raymond Corbey*:Mientras en el mundo de habla inglesa la mayoría de los filósofos subscribirían -o al menos se inclinarían a subscribir- la idea de que quizá existan unas diferencias grandes, pero en último extremo graduales, entre los seres humanos y los animales, la mayor parte de los filósofos de la Europa Continental no aceptarían la continuidad entre bestias y humanos. En número considerable, estos últimos siguen las huellas de Aristóteles o de Descartes, más que las de Locke o Hume. Practican el criticismo kantiano en vez de la epistemología evolucionista; cultivan la fenomenología o la hermenéutica antes que la filosofía naturalista de la mente. Por diversas que sean estas perspectivas continentales, tienen una cosa en común: en todas ellas, de uno u otro modo, se traza una estricta línea separadora entre lo animal y lo humano, y se da por supuesto que el foso que separa lo uno de lo otro es insalvable.
Lo hacen así porque, en el proceso de su análisis, en seguimiento de su específica metodología, hallan una característica que, a sus ojos, es únicamente humana: la razón, la mente, la racionalidad, la intencionalidad, la conciencia de sí, o cualquier otro término que usen para su denotación. Ninguno de ellos ve posibilidad de dar cuenta plenamente de esta característica en términos de diferencias graduales o de continuidad con características que se hallan en los animales, en el sistema nervioso central, en los procesos orgánicos en general. En rigor, en nada que sea tridimensional y físico. A sus ojos, la mente humana, racional, autoconsciente, es un fenómeno cualitativamente diferente, irreductible, que otorga a la entidad que la posee un lugar muy especial en la naturaleza en comparación con el que ocupan los que no la poseen.
Expresado así, el pensamiento "continental" es nefasto, anticientífico. Existen, sin embargo, ciertos peligros también en un pensamiento excesivamente gradual, que sería esa tendencia naturalista anglosajona llevada al extremo. Me he topado con mentes de ese tipo en varias ocasiones. La percepción de las diferencias entre los seres o los fenómenos puede llegar a perderse o a distorsionarse, a veces interesadamente. El pensador hipergradualista realiza un apisonamiento total, justificando en el continuum natural su negación de las desigualdades y las cualidades que también existen (o parecen existir) en la naturaleza. Deja así el terreno bien aplanado para, a continuación establecer, aún más arbitrariamente, sus propias categorías y prioridades.
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*Raymond Corbey. Simios ambiguos. En El Proyecto Gran Simio. Paola Cavalieri y Peter Singer (Eds.). 1998. Editorial Trotta.
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2003-11-18 | Haz un comentario (hay 17)
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